Se ha observado un crecimiento notable en los últimos años tanto en la prevalencia del sobrepeso como de la obesidad en todo el mundo.
En Argentina, 1 de cada 3 niños tienen sobrepeso y, tal como sucede en occidente, 1 de cada 10 padece obesidad. Por todo ésto, una vez más, debemos recordar que se trata de una epidemia global que puede prevenirse y revertirse entre todos.
Los especialistas destacan la importancia de prevenir desde la infancia, mediante la incorporación de hábitos alimentarios saludables y la construcción, poco a poco, de una estilo de vida sano.
La obesidad infantil es un asunto preocupante de salud pública, ya que por un lado puede tener grandes complicaciones a corto plazo en los niños, pero por otro lado, estamos hablando de un adulto obeso, mucho más propenso a sufrir otras enfermedades.
Como la obesidad no mata por sí misma, se le resta importancia olvidando que es causante de muchas otras enfermedades que incrementan el riesgo de morir.
En encuestas que analizan la dieta de los niños argentinos, destaca la presencia de grasas, azúcares, refrescos y carnes, mientras que los grandes ausentes continúan siendo el pescado, las frutas y las verduras. Todo ésto, sumado al sedentarismo que caracteriza a las generaciones actuales, conforman un ámbito propicio para que la obesidad continúe su desarrollo plácidamente.
Es decir, si nosotros tomaríamos conciencia de que se trata de una enfermedad evitable y que tiene verdaderas consecuencias sobre la salud humana, podríamos comenzar a actuar, para que desde pequeños, evitemos la obesidad.
Un niño con sobrepeso es un potencial adulto obeso, por ello, construyendo buenos hábitos desde la infancia, podremos revertir esta epidemia global progresivamente y entre todos.
Fuente: pro-salud.com.ar
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