Las preferencias alimentarias de los más pequeños suelen alarmar a las madres, pues se ha comprobado que entre los alimentos que más les apetecen se encuentran las hamburguesas, las golosinas, las papas fritas y los chocolates.
Sin embargo, algunos cambios en la dieta durante el embarazo podría modificar esta circunstancia, ya que las madres tendrían la posibilidad de decidir si a su hijo le gustan las hamburguesas o prefieren las frutas.
Los especialistas aseguran que los bebés son capaces de registrar los sabores y olores aún cuando están dentro del vientre materno, por lo tanto, cuando sean mayores preferirán los alimentos que ya conocen por su madre, ya que los ingirió durante el embarazo.
Es decir, si una madre consume frutas y verduras durante el embarazo, su hijo tomará estos alimentos porque lo asumirá como un hábito desde el nacimiento y lo considerará algo normal. En cambio, si la madre ingiere comida rápida durante la gestación, el niño gustará más de las hamburguesas y las frituras, lo cual incrementará el riesgo de sufrir enfermedades debido a la dieta inadecuada.
Incluso durante la lactancia, los más pequeños registran los alimentos que consume su madre, así como sus sabores. Por ello, la prevención de las enfermedades crónicas que tanto nos acechan hoy en día, debe iniciarse desde el vientre materno.
Si se cuida la dieta del niño desde que está dentro de su madre, y luego se siguen las transiciones alimentarias adecuadamente, es decir, se le da leche materna hasta los 6 meses y después se inicia la incorporación de sólidos, se perfilará un niño metabólicamente sano.
Algo similar ocurre con la actividad física, ya que los pequeños reciben sus beneficios dentro del vientre materno y si sus padres se ejercitan, ellos lo harán cuando sean mayores.
Entonces, podemos determinar el estilo de vida y la calidad de la misma en los niños si los cuidamos desde que se gestan en el interior de su madre.
Fuente: 20minutos.es
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