Los niños que toman leche tienen menor riesgo de infartos y diabetes

El titular parece una frase para estimular a los niños a ingerir este alimento tan sano, como ocurre cuando decimos «si tomas la sopa creces más». Pero la realidad es que un estudio ha confirmado que los niños que ingieren leche llevan una vida más sana en general y por ello, tienen menos probabilidades de sufrir resistencia a la insulina.

Una investigación realizada por médicos argentinos con alumnos de la escuela primaria ha detectado que aquellos que más leche consumían tenían menor resistencia a la insulina, condición que incrementa los niveles de glucemia y por ello, puede generar diabetes así como las enfermedades cardiovasculares asociadas.

Además, los niños que habitualmente consumían más leche eran más activos, pasaban menos horas frente al televisor y tendían naturalmente a comer más frutas y verduras.

En el estudio se evaluaron a 365 alumnos de dos escuelas bonaerenses de entre 5 y 14 años de edad de bajos recursos, a los cuales se pesó, midió, calculo su índice de masa corporal, se controló su presión y se les hizo un análisis de sangre para conocer sus niveles de glucemia así como también otros parámetros de salud general.

También se recogió información de las madres y se observó que el 68% de los niños tomaba 3 o más vasos de gaseosas o jugos artificiales a diario, lo cual reduce el consumo de leche, que de por sí, disminuye las posibilidades de que un niño sea diabético.

El efecto protector de la leche ante la diabetes y las enfermedades cardiovasculares estaría dado por dos componentes fundamentales como son el calcio que reduce la formación de grasa en el organismo, y por el magnesio que mejora la secreción de insulina y por ello, reduce la insulinorresistencia que puede originar diabetes.

La leche ha demostrado en otras investigaciones en adultos, menopáusicas y animales que reduce hasta en un 72% la probabilidad de desarrollar síndrome metabólico, una conjunción de afecciones y factores tales como hipertensión, dislipemias, obesidad, resistencia a la insulina y demás.

Por ello, los investigadores recomiendan que los niños de entre 4 y 8 años ingieran un mínimo de 2 vasos de leche diaria, mientras que para los que se encuetnran entre los 9 y 18 años, es fundamental la ingesta de 3 vasos por día.

No olvidemos que la leche tiene vitamina D, la cual también se ha asociado a menor riesgo cardíaco además del calcio, el magnesio y las proteínas de alto valor biológico que tanto necesitan los más pequeños para crecer correctamente.

No obstante, la leche debería estar inmersa dentro de una dieta saludable y una vida activa, ya que de nada servirá reducir el riesgo de diabetes e infartos mediante el consumo de leche si después llevamos una dieta hipergrasa, con muchas calorías, acompañada de poco movimiento corporal.

Fuente: nutrar.com
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