Pensar en la muerte abre el apetito

Los pensamientos mórbidos, asociados con la muerte o la violencia, lejos de atemorizar e inhibir a los individuos, provocan sensación de hambre.

A esas conclusiones han llegado investigadores estadounidenses que han comprobado que las personas se vuelven consumistas de todo tipo de alimentos ante imágenes mórbidas por el sentimiento de que su vida se va a acabar.

A los evaluados se les solicitó que expresaran en forma escrita como se sentían luego de pensar en la muerte. A continuación, debían elaborar una lista de la compra de verduras y comer galletas que les ofrecían.

Así, se observó que aquellos individuos que habían pensado en su propia muerte, hicieron una lista de compra más amplia y comieron en mayor cantidad.

Asimismo, se comprobó que las personas con menos autoestima son más propensas a comer en demasía luego de experimentar pensamiento mórbidos.

Una posible explicación a este comportamiento es que la gente se da cuenta de su inevitable mortalidad ante estos pensamientos y se sienten incómodos por su vida, lo cual provoca ansiedad que calman mediante la comida.

Cabe aclarar, que el incremento en el consumo fue igual para alimentos saludables como para aquellas preparaciones que no lo son.

Este hallazgo muestra una vez más, que la comida puede ser no sólo un momento placentero, sino también, un recurso para calmar ansiedades y evacuar sensaciones incómodas.

Nuestro cuerpo está perfectamente interrelacionado y no caben dudas de ello tras este estudio que vuelve a asociar aparto digestivo, cerebro y emociones.

Fuente: abc.es
En BlogNutrición: Fármaco antiobesidad para reducir el apetito y quemar calorías
En BlogNutrición: Atracones, depresión y obesidad: una tríada en íntima relación

1 comentario

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *